23.9.16

El (supuesto) desaparecimiento de Garay.

¿Cómo transformar tu imagen en pocos días?, ¿cómo caer y derrumbar todo lo que construiste?, ¿cómo sucumbir ante la ambición?, ¿cómo estar a la deriva, siendo objeto de múltiples teorías?.
Todas estas interrogantes surgen ya que en los últimos días he leído y oído mucho acerca de Garay. Todo por la prensa, naturalmente dudando de su veracidad. Lo bueno, lo malo y los matices se confunden en una historia de esfuerzo, estudios, negocios, enfermedades, ambición, dinero, viajes y misterio.
Son tantas las interrogantes que envuelven esta trama que, por ahora, estamos en terreno pantanoso, a la deriva, formulando teorías sobre la base de supuestos.
 Las probabilidades y aristas de esta historia son muchas: que efectivamente todo sea real, sus negocios, sus logros, su poco tiempo restante de vida; o que todo es una farsa y, cegado por la ambición, se arrancó con los tarros, defraudando a medio mundo.
 Esto último me remite a una frase de Gumucio que señalaba en una entrevista (no literalmente) que ser malo, cuando uno es niño o adolescente es atractivo para el resto, admirable incluso. Podría ser un síndrome de la adultez denominado Walter White, con la diferencia que, en vez de mutar por necesidad material, la transformación se realiza por una necesidad espiritual, por una causa inmaterial que lleva radicalmente al cambio, a hacer lo inaceptable socialmente.
Y como consecuencia de lo anterior es necesario arrancar físicamente y arrancar la imagen "normal"que los demás han tenido de uno. En definitiva uno es tantas personas cuantas conoce. Cada persona puede tener una imagen muy distinta de quien uno es.
Como escribí anteriormente, estamos en terreno pantanoso. Incluso es probable que los Rafael, Garay y Gumucio, hayan conspirado para que escribiera esta columna que morirá como, al parecer, murió Walter White. Todo sobre la base de supuestos, obviamente.