8.9.16

...

Supiste combinar el sabor de la cerveza y el cigarro. Traspasaste tu aroma a mi ropa, a mi cuerpo.
Fuiste tú, por completo. Te mostraste entera, sin tapujos ni reservas. La única condición, simple y directa, fue acompañarte.
Te reíste de mis estupideces, probé tus pequeños labios y abracé tu cintura. Salimos a buscar otro destino y fuimos acogidos en un lugar oscuro y teñido de rojo. Nos besamos, conversamos y reímos.
Te dejé en medio de la noche, en medio de la oscuridad. Conservaré tu aroma, tu recuerdo, tu presencia.