26.1.16

Where Is My Mind?

Despertar entre desconocidos, con luces en la cara, entrando al cubículo donde te examinarán el cerebro es extraño y confuso. Despertar pensando que estás en un lugar, sin recordar lo que pasó, sintiendo el suero caer gota a gota, mientras miras la aguja dentro de tu brazo izquierdo.
Darte cuenta que hay unos viejos en las camas de enfrente quejándose por todo y una enfermera que constantemente te dice "tranquilo, no se mueva".
Despertar y tratar de contactar a tu familia, pensar en tu madre y agarrar con fuerzas la cruz que cuelga de tu cuello, luego de tocar los parches que tienes en el pecho. Llenarse de culpa sin saber porqué, mientras te siguen examinando y preguntando cosas, cuando uno sólo trata de recordar quien era. Volver de madrugada a tu casa con tu papá y tu hermano, mientras te reciben casi como un héroe de guerra. Dejar de lado las radiografías, exámenes y recetas; acostarse y sentirse apaleado, golpeado, humillado y bendecido, a fin de cuentas.
Afortunadamente, fueron sólo heridas leves, que dejaran pequeñas cicatrices y esa extraña sensación de "angustia" (sí, entre comillas, porque no es una sensación de angustia propiamente tal). También las dificultades para dormir, incluso con la "ayuda" (también entre comillas) del relajante muscular.
Aún así, he tenido las ganas de volver a escribir acá, como me lo propuse a principio de año...¿por qué será que cada año uno hace promesas que no cumplirá?, ¿esas promesas vienen junto con los fuegos artificiales y abrazos de año nuevo?, ¿servirá de algo prometerse algo a sí mismo?.
De a poco estoy respondiendo a la pregunta "¿Dónde está mi mente?"...





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