11.9.10

Entre Abrazos

Entre libros, tazas de café, cansancio, días, tardes y noches; entre resúmenes y repasos, pasaron rápidamente los días, la espera, el anhelado triunfo. Todo rodeado de una atmósfera de pesar y espera, así como un parto, pero al revés, es decir, desesperanzado, triste. Zapatos lustrados, camisa impecable, corbata nueva; cambio de comisión y la duda. Me arriesgué. Así, entre formalidades, ordenes de no innovar, principios y normas varias logré salir victorioso de ésta lucha misteriosa, casi anónima que tuve que brindar. Llamados, llantos y felicitaciones. Satisfacción. Un regalo para mis padres, para mis abuelos -que lamentablemente no queda ninguno-. Pequeñas celebraciones, abrazos de reconocimiento y tantos otros de pesar; nuevamente el terno oscuro, la iglesia repleta, pañuelos y lágrimas. Entre tantos abrazos te das cuenta de la sinceridad o falsedad de los mismos, de los abrazos por cumplir y de los abrazos llenos de sentimiento (o eso quieren demostrar). Y aunque demuestren lo que sea, nadie puede obligar a otro a ser sincero, y menos a querer. Así, la vida continúa entre los que miran por debajo del hombro, los que miran de frente y los que miran sentados en las esquinas pidiendo una moneda; así la vida continúa entre libros y fiestas, entre sonrisas y lágrimas, entre envidia y estimación, entre abrazos de verdad y de los otros.

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