Mucho más que Noventa Minutos

Hace pocos días empezó la fiesta máxima del deporte más hermoso del mundo. Creo que es una de las pocas instancias en que nos unimos como país en torno a los guerreros que viajaron con la bandera de la estrella solitaria, con el objetivo de lograr triunfos, de avanzar lo más posible y, en definitiva, traer la Copa del Mundo a este lejano, delgado y angosto territorio. Traer la Copa como legítimos poseedores y no como producto de exhibición de una conocida marca de bebidas. Es una de las pocas oportunidades en que miramos y abrazamos al de al lado con cariño y emoción cuando Chile convierte un gol, en que esbozamos una sonrisa natural a cualquier desconocido que va por la calle, y que habitualmente no nos interesa.

Sin embargo, he escuchado comentarios en torno a la falta de espectáculo, al número de goles por partido, a la escasez de finiquito de algunos elencos. Comentarios acertados, pero nadie, excepto los jugadores, pueden remediarlo. Es algo que está en sus manos... en sus pies, para ser más exacto. Aún así debemos considerar, mirar con buenos ojos y agradecer a la FIFA y al país organizador. Sudáfrica ha hecho esfuerzos enormes por construir estadios, por la seguridad de los planteles y del público, en fin, para que sea una verdadera fiesta y todos nos sintamos parte de un mismo mundo, un mundo verde y rectangular que centra su vista en un balón de nombre africano, que ya no recordemos ni miremos a África como el continente negro, ese lugar árido lleno de pobreza y desnutrición, agobiado por inestabilidades políticas y golpes de estado. Ahora es un lugar maravilloso, en que se vive democrácticamente cada instante, en que los oriundos reciben a los visitantes con una sonrisa y los brazos abiertos, en que hay intercambios de camiseta y abrazos entre americanos, europeos, africanos, oceánicos y asiáticos. Quizás por algo el mundo tiene forma de pelota, como dice una canción.

Es más, siempre he considerado el fútbol un deporte que dura mucho más de noventa minutos, y en éste caso Sudáfrica lo tiene más que claro. It's time for Africa!, como he escuchado muchas, pero muchas veces.

En fin, para que no digan que el fútbol consiste en 22 jugadores corriendo atrás de una pelota.