Muchas historias se han tejido en torno a nosotros. Que somos sucios, intrometidos; incluso asquerosos y horripilantes. Pero también tenemos la gran virtud de escapar rápidamente y por donde pocos han salido airosos.
La mayoría nos desprecia, nos ataca con zarpazos lentos y poco efectivos. Y mientras practican éstas inútiles maniobras de cacería, desean nuestra muerte y nos denostan con vocablos llenos de violencia y repulsión.
Es difícil vivir en estas condiciones. Pero confío en que la naturaleza es sabia y quizás por lo mismo nuestra existencia es breve, pasajera, llena de temor e incertidumbre. No obstante, es nuestra esencia y, a pesar de todo, nos encanta andar de aquí para allá y de allá para acá, molestando al que se cruce por delante y esperando nuestra temprana e inevitable muerte.
Es difícil ser un mosquito.
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