Más de dos mil seiscientos contagiados en las últimas veinticuatro horas. ¿Qué hacer?, ¿cómo frenar esto?, ¿cuarentena total?, ¿qué pasará con la economía?. Esas deben ser algunas de las interrogantes que surgen en las autoridades. Incluso ciertos alcaldes han dicho que es tal el nivel de pobreza en sus comunas, que la gente preferiría morir a causa del virus que morir de hambre. Tal vez fue la misma edil la que instó a un diputado, en el matinal de turno, a conocer la realidad. Es que efectivamente hay gente que debe, imperiosamente, salir a trabajar o a buscar una fuente de ingresos... rebuscárselas por (sobre)vivir un día más. Además está el tema de los inmigrantes, los que, buscando mejores oportunidades, nuevos horizontes, llegaron a este país, remecido por el estallido social el año pasado y por la pandemia actualmente.
¿Cómo, en qué ocasión y con qué intensidad aplicar la fuerza para hacer cumplir las medidas restrictivas impuestas por la autoridad?, ¿qué tan válida es la cuarentena total?, ¿es legítimo que el Presidente, con una aprobación bajísima, prohíba el libre desplazamiento de la población? "Es la autoridad del país, "se debe respetar el Estado de Derecho, la ley...". Es cierto. Sin embargo, hay gente que se niega a cumplir dichas medidas, e incluso asisten a fiestas o van a comprar cosas que no necesitan.
Sinceramente creo que el apoyo, la actitud de la gente, es esencial. Nos está afectando una pandemia que se ha extendido por todos los rincones del mundo, transversalmente, sin distinguir edad, clases sociales ni ubicación geográfica. Un poco de precaución. Un poco de empatía.
Asimismo, las redes sociales se llenan de optimistas y esperanzadores mensajes, de saber aprovechar las cosas simples y los momentos cotidianos, dando lecciones o consejos para ser mejores personas... Ante eso creo que la situación no cambiará mucho: la gente que es una mierda seguirá siendo una mierda; la otra, no.
Excelente reflexión 👏👏😘😘😘 te amoo😘😘😘
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