Los parques se están rodeando de edificios. Los árboles se ven sobrepasados considerablemente por esas gingatescas moles de vidrio y cemento. Aún así la gente camina por los parques, los niños corren tan libres como los gritos de sus padres lo permiten, las parejas se abrazan, se tiran en el pasto, se besan, se revuelcan. Me detengo en una pareja que está acostada mirándose. La actitud de él revela un exceso de líbido, por como la mira, por como su mano recorre su pelo, su cintura, con el deseo de seguir su camino más allá de lo permitido (en lugares públicos); todo hasta que la mano de su pareja la detiene. Ella lo mira con amor...quizás solo ternura. Hablo de él y ella para para precisar que se trata de un hombre y una mujer, como el artículo 102 del Código Civil al referirse al matrimonio. Es que ahora los hombres se besan con hombres, las mujeres con mujeres, los perros con los gatos, y todos con todos, y al final todo vuelve al principio, porque para preocrear se necesita un hombre y una mujer. Relacionado con lo anterior, la semana pasada leí en la portada de LUN que la natalidad aumentaría a causa del terremoto. No conozco la razón científica ni la conexión entre dos personas que conciben un nuevo personaje y un movimineto telúrico que dejó la cagada en gran parte del país. Y por lo mismo me dí cuenta que en dos míseros minutos que duró el terremoto, sumado a las réplicas, podemos perder todo, empezando por la telefonía celular. Con los días recordé el show de Coco Legrand, cuando se refirió a los 4 objetivos en la vida: 1.ser feliz, 2.amar, 3. aprender, 4.dejar huella. Un humorista muy serio y directo. Incluso más veraz que algunos políticos que en la campaña presindencial se referían al pueblo, a las necesidades de la población, a la clase baja, etc., etc. y brillaron por su ausencia en momentos difíciles para mucha gente de ése mismo pueblo al que se referían en sus hermosos (e irreales) discursos. Creo que lo único que hicieron fue sostener sus LCD, algunos de sus libros y sus copas de cristal. A lo más, fueron a depositar algo de plata ante la insistencia de Don Francsico y su ya debilitada conciencia. Divago demasiado. Estoy cansado. Matrimonio de mi hermano, fútbol y estudio de por medio. Pero aún así, esperanzado en que Chile cumplirá un buen papel en Sudáfrica. Con tanto revoltijo en la cabeza, al fin y al cabo me doy cuenta que los parques se están rodeando de edificios...
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