Como un Cuento de Hadas

De niños nos cuentan muchas historias de hadas que cumplen todos los sueños imaginables, de príncipes trasformados en héroes y de jovencitas comunes que llegan a ser princesas. Pero esas historias se van desvaneciendo a medida que nos percatamos de la realidad; cuando nos damos cuenta que lo más probable es que los idílicos parajes en que trascurren éstos cuentos no existen, y si es que existen están muy lejos; cuando en nuestras infantiles mentes encontramos ésos territorios, pero al mirar por la ventana nos damos cuenta que estamos entremedio de edificios, automóviles y smog. Cuando todos los personajes se desvanecen en la realidad las supuestas hadas no cumplen nuestros deseos; las princesas pasan a ser muchachas arribistas, codiciadas por los demás y difíciles de conquistar, y es uno el que debe transformarse en ése príncipe azul, el héroe y prototipo de hombre que la sociedad nos exige, con títulos profesionales, educados, con auto del año y mucho éxito. Los antagonistas son cada vez más malvados y numerosos. Y la espada que el príncipe usaba antaño ha sido reemplazada por dinero.
Aún así, y a pesar de todo, el príncipe tiene que seguir luchando día a día, aunque al final de la historia, lo más probable, es que los personajes no vivan felices para siempre