31.5.08

Las cosas que pasan...


Era un día especial. Se despertó esperanzado en que las cosas resultaran bien. Que el traje que mantenía guardado para ocasiones especiales estuviera en buenas condiciones; que llegaran con el perfume, el gel y los calcetines nuevos que había encargado; que su compañero le prestara su corbata roja preferida; que su delicado estado de salud lo acompañara por ésa noche... tan sólo por esa noche, nada más. 
Anhelaba tranquilidad para su única hija, que daría ése trascendental paso - para algunos -, llamado matrimonio; fidelidad, respeto y comprensión para su futuro yerno.
Y, lo más importante, que el juez decretara su libertad definitiva, luego de 13 años de presidio.

1 comentario:

  1. Me gustan las palabras que derramas sobre tu teclado...ojala pueda seguir leyengo muchas más...

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