No dudé ni un solo instante en que, más que un agrado o satisfacción, era un deber escuchar en vivo a este versátil quinteto californiano.
Las semanas pasaron rápidamente, hasta que el miércoles recién pasado (28 de Octubre) llegaron a nuestro país. Fui con un grupo de amigos (los que aparecen en la foto) al hotel en que se hospedaron, con la esperanza de conocer, de ver de cerca, de fotografiarme con alguno de sus integrantes. ¡Y lo conseguí!
Aparte de los tres músicos que “conocí” (Roddy Bottum, Billy Gould y Mike Patton), estaba Alberto Fuguet, escritor nacional y amigo de Patton. ¡Otra satisfacción para tan poco tiempo!

Viernes 30 de Octubre: El esperado concierto.
Más que palabras hay emociones. De la ansiedad pasé a la euforia, mientras se sucedía cada tema, cada nota, cada grito de Patton. Un set list inmejorable, desde la pasividad de Easy a la locura de Cuckoo for Caca.
Personalmente creo que el momento de mayor fervor fue con Midlife Crisis. El excelente sonido y la complicidad del público hicieron de ése tema un hito irrepetible, magnífico… por lo menos para mí.
Fue en Crisis de la Mitad de la Vida que rompí mi polera, con la convicción que su destrucción en el concierto era más digna que “morir” desteñida, gastada y dando vueltas en la lavadora.
Ahora está en el baúl de los recuerdos y descansando en paz… porque fue una muerte llena de FE.

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